dimarts, 29 de juny del 2010

El único 7 rojo


El futbolista Cristiano Ronaldo, entre otras cosas, hace un tiempo fue nombrado como CR7 como si se tratase de una máquina de alta precisión, pero precisar lo que se dice precisar sólo se precisa dar una vuelta por Sevilla en Semana Santa para que el mundo se de cuenta que este futbolista, entre otras cosas, aparenta el haber vivido su infancia entre los bloques de Las Tres Mil viviendas.

Para máquina de alta precisión, el sillón de cuero color vainilla que me regaló la mama donde ahora tengo puesto el culo.

Es una auténtica maravilla y sin fórmula secreta alguna constatar cómo el asturiano y ya azulgrana David ha precisado de tan sólo 7 partidos para llevar anotados más goles de los que pudieron juntar Hierro, Morientes, Butragueño y Raúl en sus respectivos soporíferos e interminables torneos internacionales con Espanya en blanco. Y todo esto junto lo digo sin la gitanería de haber transcurrido el Espanya - Portugal y sin hacer ni el más mínimo esfuerzo en levantar mi culo de este sofá.

De hecho, creo que no me moveré de esta maravillosa máquina hasta que no llegue la mama.

Voy a ver el partido porque es como ver jugar al Barça y con Andrés Iniesta al frente es muy posible volver a presenciar, aunque esta vez en telecinco, el ordenamiento de silencio a las últimas tecnologías bucales del llamado CR7. Esta noche en el mundial de Sudáfrica se podrá seguir viendo el fútbol de alta escuela de la Masía catalana convertido en maravilla.

Aunque esta noche, en el mundial del salón de casa, sólo permanecerá un 7 rojo y éste no va a ser otro que el siete que tengo en la ingle y que me hizo la mama con el cuchillo de la cocina la otra noche, pero esa es otra historia.