dimarts, 25 de maig del 2010

Setze gigas d´un jutjat

Siempre que voy en metro camino de l´estadi lo hago escuchando a los Iron Maiden. Esos cabrones me inspiran, son tan épicos, tan buenos, tan, tan eternos...

Empecé a hacerlo en los ochenta con los walkman, luego me pasé al discman de los noventa y últimamente, ya bien metido en el puto siglo XXI, lo hago con algún reproductor de MP3.

Los reproductores estos me duran a mí lo que duraría un caramelo con palo delante de un colegio para chavales con trisomía cromosomática y cara de gilipollas. Me refiero a que casi cada año he de comprarme un reproductor de Mp3 nuevo, por no hablar de los auriculares, que me duran todavía menos. Los cabrones se me tapan de cera y se´n van a pendre pel cul directament, dejan de escucharse, no funcionan bien. Sólo se oye crich crich y me pongo de los nervios.

Mi último reproductor es un Ipod nano de 16 gigas. Me lo pillé con tanta memoria porque en el Ipod anterior que tenía apenas me cabían fotos de transexuales. El Ipod anterior se jodió cuando se me mojó de cerveza con el 2 a 6 del Bernabeú. Estaba apoyado en la barra de un bar mientras el mariscal Piqué enseñaba a tota aquella colla d´arreplegats feixistes la samarreta del Barça, celebrando el sexto gol hostiaputa. Histórico. Con la emoción me tiré por encima del buche la sexta jarra de medio de Estrella mojándome toda la camisa, en especial el bolsillo de delante, el que me quedaba a la altura del corazón, el que contenía el Ipod nano dels collons que pitó y se apagó para siempre, como el puto Madrid aquel de récord del Juande Ramos.

En el Ipod nano este que tengo ahora de 16 gigas me entran muchas fotos de travelos. A mí me gusta llevar encima siempre fotos de transexuales porque me relaja mucho pelármela mirándome las fotos aquestes. Me tranquiliza mucho y es más económico que irse de travelos; y yo miro mucho el dinero. Hay gente que lleva encima pastillas para el corazón en un pastillero de plata y yo llevo encima 4 ó 5 gigas de fotos de transexuales en un Ipod de color plata.

Salvando las distancias viene a ser lo mismo.

Me siento tranquilo sabiendo que llevo eso encima y que puedo recurrir a esas fotos si de repente presiento que voy a ponerme nervioso. Cuando noto que me viene el siroco ese, me saco el Ipod del bolsillo y busco un lugar tranquilo donde poder bajarme los pantalones. Entonces le pongo como fondo musical a todas esas fotos el Afraid to shoot strangers de los Iron Maiden y empiezo a meneármela mientras me meto un dedo por el culo. El Afraid to shoot strangers es mi canción favorita, sobretodo cuando llega el minuto 3 con 44 segundos de la pista. Porque en ese momento justo cambia el ritmo de la canción, en ese instante me da por pensar que voy a hacer cosas malas y para no hacerlas va y me corro de gusto.

Mientras me seco la polla con papel higiénico o con algún kleenex me huelo siempre el dedo que me he metido en el culo. Me gusta como huele mi culo. Es un olor que...

... También me relaja.